
Movimientos Estudiantiles
Capítulo 3: La primera respuesta.
En el siglo XX, pero especialmente en la década de los ochenta, luego de años de control bipartidista, de un intenso conflicto armado, del aumento de la inseguridad, de la presión ejercida por grupos ilegales, de sectores poblacionales que reclamaban inclusión y participación política, y de un deseo generalizado de paz; se planteó la necesidad de una transformación integral del sistema político, económico y jurídico. Después de múltiples fracasos para el proceso de reforma constitucional, que por disposición de la Carta de 1886 solamente podía realizarse en el Congreso.
El punto de quiebre se estableció con el asesinato de Luis Carlos Galán Sarmiento, candidato a la Presidencia de la República. La reacción de los estudiantes que antes eran simples observadores silenciosos, resulto en una de las hazañas mas grandes la historia de Colombia. En donde su primera acción fue una marcha simbólica que no sólo unificó y dio origen al movimiento estudiantil (Amaya, 2013, p. 13 y 14).
El jueves 24 de Agosto de 1989 ,una pequeña comunidad de estudiantes universitarios establecieron unos acuerdos entre los diversos estudiantes y grupos presentes. Se organizaron una mesas de discusión sobre temas relacionados con la crisis del país. Los temas definidos fueron los de la estructura del Estado: poder ejecutivo, poder legislativo, rama judicial, orden público y economía. En cada una de estas áreas veían encarnados los problemas de legitimidad del Estado, y relacionaban estos problemas con la violencia. Así, por ejemplo, el problema del poder ejecutivo se concretaba en los abusos de las facultades del estado de sitio; el problema del poder legislativo era la corrupción en el Congreso, en especial los traslados de dinero a disposición de los congresistas (los auxilios parlamentarios); el de la rama judicial era su ineficacia, y los problemas de orden público y de la economía se debían a las diversas formas de exclusión política y económica. Este era el diagnóstico que primaba entonces en las universidades, especialmente en las facultades de derecho (Lemaitre, 2009). Bajo la discusión de esta mesa, se llegó al consenso de establecer un marcha masiva de estudiantes universitarios. Dicha marcha se realizó en protesta por la muerte de Galán al día siguiente, el viernes 25 de agosto. Delegaron a un estudiante la tarea de obtener el permiso necesario ante la Alcaldía de Andrés Pastrana para que la marcha fuera legal y tuviera acompañamiento, y no represión, policial (Lemaitre, 2009).
De esa manifestación, precisamente, surgió un movimiento social juvenil con el lema: "Por todo lo que nos une, contra todo lo que nos separa"; que más adelante, sería el lema que impulsaría la jornada electoral del 11 de marzo de 1990, como expresión soberana del pueblo, en torno a la conveniencia o no de convocar a una Asamblea Constituyente; fue conocido bajo el nombre de Movimiento Estudiantil de la Séptima Papeleta.
Ahora bien, bajo esta marcha, el movimiento quizo proponer la lucha contra el descrédito de la democracia representativa, con especial alusión al Congreso de la República, la reforma de la Constitución de 1886 debía realizarla una corporación independiente.Según Lemaritre (2009), lo sorprendente de la marcha del silencio de 1989, está en que a diferencia con la de Gaitán en 1948, esta marcha no protestaba en contra el gobierno ni reclamaba una alianza entre éste y los asesinos.
Por primera vez en mucho tiempo, no solo los estudiantes de universidades ridiculizadas, sino que también participaron universidades privada unificadas por la llamada urgente a la paz. Esta marcha fue extraordinariamente grande para ser tan sólo de estudiantes, con estimados de entre 15.000 y 25.000 jóvenes, de tal manera que la mayoría no se pudo ni acercar a lugar donde se leía la proclama. Diferencia de otras marchas que culminaban en la Plaza de Bolívar, esta marcha salía en silencio de la Plaza y terminaba en el cementerio como un gesto de dolor y quizá de confusión, como si se tratara de protestar contra la muerte misma. Al final, frente al cementerio, cantaron el himno nacional y Sólo le pido a Dios, el himno extraoficial del pacifismo en Colombia, con su triste melodía andina:
Sólo le pido a Dios
que el dolor no me sea indiferente
que la reseca muerte no me encuentre vacío y solo
sin haber hecho lo suficiente.
Sólo le pido a Dios
que lo injusto no me sea indiferente
que no me abofeteen la otra mejilla
después que una garra me arañó esta suerte.
Sólo le pido a Dios
que la guerra no me sea indiferente
que es un monstruo grande y pisa fuerte
toda la pobre inocencia de la gente
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Escucha "Solo le pido a Dios" de Mercedes Sosa, mientras lees el capítulo.

Lemaitre, J. (2009). El derecho como conjuro Fetichismo legal, violencia y movimientos sociales. En J. Lemaitre, El movimiento Estudiantil de 1989 (Siglo del Hombre Editores ed., págs. 79-120). Bogotá, Colombia: Universidad de los Andes.
Meléndez Yúrico, J. (12 de septiembre de 2012). El movimiento de la Séptima Papeleta en Colombia y una refelxión para #YOSOY132. Distintas Latitudes. (online) . Recuperado de: https://distintaslatitudes.net/movimiento-de-la-septima-papeleta-en-colombia
Parra, E., González, D., Gualtero, A., & Márquez, F. (2014). La dinámica del movimiento estudiantil en el proceso constituyente de 1991. Universidad Militar Nueva Granada
Ramírez, J & Prada, J. (2016) Las representaciones del movimiento estudiantil de la séptima papeleta en la caricatura política colombiana. Universidad Autónoma de Bucaramanga Colombia. Reflexión Política, vol. 18, núm. 35, junio, 2016, pp. 114-129