
Movimientos Estudiantiles
Capítulo 1: La ola
Érase una vez, con la apertura de la constitución de 1991 fue el punto de llegada para uno de los procesos participativos de mayor dimensión que ha vivido Colombia en muchas décadas, fue también el inicio de un esfuerzo democratizador que ha enfrentado grandes obstáculos que los esquemas de funcionamiento del poder público. En breve, la constitución de 1864 noción del constitucionalismo como limitación en el ejercicio del poder se desconocía, ya que, en gran medida, los poderes estaban recargados sobre la rama judicial.
La “Generación de la Constituyente”, cuya acción política se desarrolló desde las aulas universitarias, es posterior a la denominada “Generación del Frente Nacional”, y le ha tocado sufrir tanto la violencia que ha golpeado al país como el cambio cronológico y material de siglo. Además, es sin duda la primera generación de la globalización política. Por tal razón, la constitución de 1991 es una Carta moderna para un país que aspira globalizarse, tanto en lo político como en lo económico y social, cuyo desarrollo institucional ha sido lamentablemente lento y limitado.
Julieta Lemaitre
"El derecho como conjuro Fetichismo legal, violencia y movimientos sociales"

La reforma de la Constitución recibía además el apoyo de diversos círculos de izquierda que buscaban —en los años en los que se derrumbaba el muro de Berlín— ingresar de nuevo por la puerta grande a la posibilidad de hacer política electoral. Ello era cierto en las guerrillas: el M-19 lo había formulado durante su fallida negociación con Betancur como “el gran diálogo nacional”, y tanto el Ejército Popular de Liberación (EPL) en la figura de Óscar William Calvo, como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) con Jacobo Arenas, en diversas ocasiones habían propuesto la necesidad de una Asamblea Nacional Constituyente. En esa medida la idea encontró también aliados en la izquierda, sobre todo entre quienes tenían un mayor interés en la posibilidad de hacer política electoral (Lemaitre, 2009, p.95)
Hace 28 años en un mundo en convulsión, la caída de un muro en Berlín dio un vuelco a la historia. Dicho muro significó la consolidación de dos perspectivas en cada uno de sus lados para entender la política, la cultura, las ideologías, la humanidad misma. El 9 de noviembre de 1989, cuando se derrumbó de forma pacífica, el este europeo tuvo que reinventarse, y occidente descubrió que no todo era un gulag al otro lado del telón de acero. Las ruinas del muro forman hoy una cicatriz que tiene algo de símbolo: es la herida que han dejado en la historia los principales totalitarismos del siglo XX. En esta medida, la subsunción de la modernidad clásica dentro de la modernidad mundo, el desarrollo de un régimen de historicidad presentista y global, la intensificación de la globalización, la transformación del mundo en una categoría histórica y el tránsito hacia la historia global.
Evidentemente, el año-acontecimiento de 1989 constituye un momento abigarrado de significación en la determinación de nuestra contemporaneidad. Fue un tipo de contecimiento que sincronizó muchas dinámicas que venían desarrollándose desde tiempo atrás, tales como la emergencia de un capitalismo de tipo transnacional, la sobreposición de nuevos referentes políticos e ideológicos, el desarrollo de nuevos movimientos sociales, las dinámicas de individualización, etc. Asimismo, la capacidad de concatenar elementos que antes se expresaban de manera dispar, contribuyó poderosamente a alimentar el imaginario de que el mundo estaba ingresando en una nueva era y que esta nueva era, en su vertiente política, insinuaba que 1989 es un tipo de año-acontecimiento que indica claramente la finalización de un “antes” (la contienda bipolar), pero, en su esencia, no explica de manera suficiente las coordenadas que han potenciado el “después”.
Ahora bien, la evolución del conflicto armado y violencia con múltiples variantes (guerrilla, narcotráfico, paramilitarismo); consecuencia en parte de la falta de presencia del Estado y representación de ciertas comunidades disidentes a la política bipartidista (Conservador- Liberal) que ha caracterizado la historia política y electoral colombiana del siglo XIX y XX. Siendo que se presentaron dos instancias de búsqueda una reforma constitucional (La primera en 1974- 1984 y La segunda en 1988) debido no solo al contexto de violencia, sino al descrédito de la democracia representativa presentado por la constitución de 1886, así como la poca credibilidad del congreso de la república y otros órganos políticas de la república.
Desde la finalización del Frente Nacional en 1974, surgió la idea en el país de generar un cambio sustancial en la organización de las instituciones. Con acciones como el “Paro Cívico Nacional en 1977”, emergió una boga de movimientos, protestas y paros cívicos, además del fortalecimiento de la guerrilla entre 1979 y 1983 (Como el ELN, EPL, FARC-EP, o el M-19. Adicionalmente, se fortaleció la guerra de los carteles contra el Estado, y se tornó una situación de crisis que exigía una solución cuanto antes (Verdadabierta.com, 2015).
Entre 1974 y 1984, círculos intelectuales y pequeños grupos socialistas instaron en la idea de recurrir a una Gran Asamblea Constituyente, que forjara un sistema más democrático, soberano y representativo que permitiera reformar el Estado para dar fin a las situaciones de conflicto. Sin embargo, el Gobierno y los Congresos de época rechazaron la posibilidad de una nueva Constitución, puesto que se pensaba en introducir apenas algunas reformas a la constitución de 1886 (Verdadabierta.com, 2015).
Ahora situaciones de coyuntura como lo sucedido en el Palacio de Justicia muestra la debilidad misma del derecho en el país para esta época. Como lo muestra Lemaitre en su texto, el Palacio de Justicia representaba el poder moral de la Nación, así como también era la figura literal del legalismo nacional. Ahora, con el Holocausto del Palacio de Justicia, ejecutado en cierta medida por el grupo guerrillero M-19 como también las figuras armadas del Estado, arrasó con esta figura así como también con su significado.
Después del palacio de justicia, se pierde la legalidad como norte simbólico, ya que se hablaba de que las vías legales estaban agotadas por la intervención de las “fuerzas oscuras” (o sea, lo que Lemaitre se refiere a un contexto sumergido en la violencia por conflictos de la guerrilla, narcotráfico, paramilitarismo) y de corrupción que ocasionaron la pérdida de la memoria en la legalidad. Ya no se hablaba de defender la democracia ya que las “fuerzas oscuras” crea la incapacidad para denunciar el terror causado por la violación de la figura del derecho bajo la fuerza de la violencia En otras palabras, después la toma del palacio de justicia el derecho jugaba más como un papel guia de la sociedad más no como una forma legítima a seguir para el control y la solución de las problemáticas a las que se enfrentaba el país.
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En las “Mesas de Análisis y Concertación”, conformadas para impulsar la desmovilización, la principal conclusión consignada en el documento firmado en mayo de 1989 por los delegados de los partidos liberal y conservador, asesores del Ministerio de Gobierno y delegados del M-19, Colombia Unida, Democracia Cristiana, militares, retirados, voceros sindicales y otros, fue pedir: “Que la Ley de referéndum y una vez modificado el artículo 218 de la Constitución Nacional, incluya la CONVOCATORIA A UNA ASAMBLEA CONSTITUYENTE DE AMPLIA REPRESENTACIÓN POLÍTICA Y SOCIAL”. La mesa resultó en la primera concentración suscrita entre voceros de los partidos tradicionales, de organizaciones sociales y de un grupo insurgente, que recomienda a la Asamblea Constituyente como vía para el cambio institucional y para formalizar un Tratado de Paz (Constitucioncolombia.com, 2017).
En enero de 1988, Barco propuso una papeleta separada que en las elecciones de mitaca derogara el artículo de la Constitución que prohibía los plebiscitos para darle así base a un referéndum de cambio constitucional. No obstante, gobierno de la época rechazó la propuesta, aseverando que la reforma resultaría un medio por el cual los carteles del narcotráfico llegaron a aprovecharse de la situación y manipularon la consulta sobre la extradición.
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Con el asesinato de dos líderes políticos (Valencia y Galán Sarmiento), la comunidad estudiantil de varias universidades dejando de lado sus diferencias se unificaron como movimiento estudiantil por un futuro mejor y la construcción de un camino de esperanza, paz y solidaridad. Con la marcha estudiantil de luto, el 25 de agosto de 1989, (en la que se reunieron más de 15.000 indignados por los magnicidios y por todas las víctimas de la narcoguerra) realizaron su primera acción como movimiento estudiantil unificado. No obstante, este no el único y primigenio antecedente al origen del Movimiento Estudiantil de 1989.
Este movimiento impulsó la “séptima Papeleta” cubre toda una generación que luchó por encontrar unas respuestas distintas a lo propuesto por generaciones anteriores. Sin embargo, el proyecto generacional, que tuvo como principal logro la constitución, no solo incluye a quienes fueron parte del movimiento. Fue también una reacción en conjunto [en contra] de quienes se aferraban a la violencia como expresión valedera de una supuesta posición política” (Torres, 2006, p.9)
Referencias:
Avila Parra, E., Rodríguez González, D., Gualtero García, A. & Márquez Pulido, F. (2014). La dinámica del movimiento estudiantil en el proceso constituyente de 1991. Verba Iuris 32. Bogotá: Colombia. Pp. 93-103.
Constitucioncolombia.com. (2017). Historia de la Constitución de 1992. Colombia.com. [online] Available at: http://www.constitucioncolombia.com/historia.php [Accessed 7 Oct. 2017].
Lemaitre, J. (2009). El derecho como conjuro Fetichismo legal, violencia y movimientos sociales. En J. Lemaitre, El movimiento Estudiantil de 1989 (Siglo del Hombre Editores ed., págs. 79-120). Bogotá, Colombia: Universidad de los Andes.
Meléndez Yúrico, J. (12 de septiembre de 2012). El movimiento de la Séptima Papeleta en Colombia y una reflexión para #YOSOY132. Distintas Latitudes. (online) . Recuperado de: https://distintaslatitudes.net/movimiento-de-la-septima-papeleta-en-colombia
Parra, E., González, D., Gualtero, A., & Márquez, F. (2014). La dinámica del movimiento estudiantil en el proceso constituyente de 1991. Universidad Militar Nueva Granada
Ramírez, J & Prada, J. (2016) Las representaciones del movimiento estudiantil de la séptima papeleta en la caricatura política colombiana. Universidad Autónoma de Bucaramanga Colombia. Reflexión Política, vol. 18, núm. 35, junio, 2016, pp. 114-129
Verdadabierta.com. (2017). Conflicto armado 1981 - 1989. [online] Available at: http://www.verdadabierta.com/la-historia/la-historia-de-las-auc/77-conflicto-armado-1981-1989
Liliana Valentina Galindo Vesga